Monday, June 9, 2008

Nada es para siempre

Las luces se apagaron y en las pantallas apareciò la imagen de un calendario en el dìa màximo que terminan los meses para despuès empezar de nuevo.

"Magia" fue la canciòn elegida para iniciar, nunca me ha matado, pero lograron atraparme en la segunda, "Que me alcance la vida". Despuès de eso el secuestro de mis sentidos logrò que entrara en un estado difìcil de explicar durante aproximadamente 20 canciones màs.

Creo que he ido a todos o casi todos los conciertos que han dado en esta Ciudad, y nunca habìa disfrutado uno tanto como èste. Me reì, los amè, recordè, volvì a vivir y hasta en algunos momentos algo en mì quiso imitar el mal tiempo de afuera, fue inevitable.

Sus ocho años de canciones de amor y desamor me marcaron en distintos momentos. Llegaron vivencias tan claras como si hubieran sido del dìa anterior, sòlo para dibujarme una realidad màs transparente.
Algunas de las imàgenes se refugiaban y huìan de mi cabeza de forma fugaz, otras pecaron de imprudentes y se quedaron un poco màs. Tambièn las disfrutè.

Creì que serìa la primera vez en que mi celular no serìa testigo de los berridos, fruto del esfuerzo por dedicar algunas notas de amor cantadas con verdadera pasiòn, pero la llamada del "Anònimo Veneciano" llegò inocente y puntal en una de las canciones que màs me significan: "Kilòmetros", y la bocina no tuvo màs que agradecer que los ocho años de esta costumbre llegaban a su fin, al menos en ese tono.

Asì comprobè una vez màs que nada es para siempre. Hasta lo que parece funcionar de maravilla, como las voces de Sin Bandera al unìsono, tambièn se regalan un adiòs para reinventarse.

Buen concierto, mejor compañìa. Muchacho, gracias por hacerme recuperar el buen sabor de boca que deja el presenciar un concierto de este par que no lo seràn màs.



Para ti. Lo prometido es deuda muchacho.
Me gusta saber que nos falta mucho por compartir, ademàs de todo lo que de por sì hemos vivido durante tanto tiempo, pero me gusta màs tener la certeza de que esta historia sì continuarà...

6 comments:

David el Terrible said...

quien es el muchgacho del que hablas? no se vale hablar a medias.

Anonymous said...

ME UNO A LA PREGUNTA DE MI AMIGAZO.

Anonymous said...

quien es???????????

Anonymous said...

Como toda regla tiene su excepción permíteme contradecirte en el titulo por que esta historia si será para siempre, y aunque recordamos, cantamos, imitamos al clima, y reímos a mas no poder (sin contar los "tradicionales amenizadores") , el hecho de disfrutar la música contigo hizo de ese par de segundos que duró el concierto de los mas felices que hemos vivido juntos Gracias!

xosean said...

Mucho amor en este post, por ello comento apenas que saldré de puntitas para no hacer mal tercio, porque esto parece cosa sólo de dos.

Anonymous said...

Anónimo veneciano

La acción tiene lugar en Venecia, a lo largo de un día de finales de septiembre de 1969, en el que se evocan escenas de 11/12 años antes. Narra la historia del encuentro de Enrico (Tony Musante), músico de talento que toca el oboe en la Orquesta del Teatro La Fenice, y Valeria (Florinda Bolkan), mujer independiente y de gran temperamento. Tras conocerse, se enamoraron apasionadamente, contrajeron matrimonio, tuvieron un hijo y se separaron 3 años después. A las puertas de la muerte, Enrico desea la compañía por un día de la mujer que ha sido el gran amor de su vida.

La película explica las razones de la separación de la pareja: vivieron un amor arrebatador, que se enfrió como consecuencia del choque de los carácteres fuertes de ambos y de la lucha por imponerse el uno al otro. Cometieron un error de juventud: no supieron relacionarse en pie de igualdad, sustituyendo el afán de dominio por el de colaboración entre iguales. A Enrico, que siempre soñó con llegar a ser director de orquesta, le quedan unos 6 meses de vida, desea revivir los momentos de felicidad que conoció junto a Valeria y, por ello, la invita a recorrer los lugares que jalonaron su vida de pareja. Llevan años sin verse y ella ha formado una nueva familia. A lo largo de la jornada, la relación pasa por la desconfianza, la evocación grata del pasado, los remordimientos y el redescubrimiento del amor. Enrico encuentra las fuerzas que necesita para afrontar los compromisos profesionales que tiene pendientes. Revivir el pasado es con frecuencia más útil de lo que se cree. Emociona el paralelismo que se establece entre la muerte larga, lenta e irremediable de Venecia y la de Enrico.