Friday, November 30, 2007

QUÉ RICA PASTA


Antes que todo, agradezco profundamente la invitación de Tusitepo (Poporopopop) para escribir un post intruso en esta página mujeril. La primera vez que lo hago fuera de El Corredor, mi hábitat.


Ayer, con el motivo de quitarme el mote de mal amigo y por fin ir a verla tras su accidente de hace más de un mes (creo que ya ni se acuerda de lo que le pasó), tuve a bien compartir una comida casera con Gaby Moreno, alias Tusitepo, y profundizar sobre algunos puntos de la existencia que, por lo general, terminan siendo viles puntos suspensivos, o sea, sin ninguna conclusión provechosa. Así se discute y no pelotas. Nada tan grato como imitar a Aristóteles y a Platón y no llegar a ningún otro lado más que a las ganas de echar un buen eructo post pasta. No lo hice, hasta eso.... me comporté.


Y hablando de no llegar a ningún lado, por poco y termino echándome unas garnachas con asfalto y crema en Av. Río Becerra, ese microperiférico dislocado y sin lógica vial que corre a un lado de la Nápoles. Y todo porque se necesitaban dos premisas: mi eterno despiste vehicular y la pésima guía telefónica que involuntariamente significó la Tusi al momento de lanzarme para allá.


"Tienes que venirte por todo Eje 5. Al llegar a los puentes, tú te sigues por la lateral, siempre cargado del lado derecho. Vas a ver de pronto una cuchillita que te va sacando (¿por qué siempre dicen que 'te va sacando'?) y esa es Río Becerra. (Pausa de la fémina y luego retoma el ritmo, aunque ya un tanto confundida)... Sí, sí. Creo que es la segunda a la derecha, es justo la que está antes del semáforo (como si hubiera un semáforo en el DF". Yo ya para ese momento creo que ni venía oyéndola. Una característica innata del que siempre se pierde es cambiar el CD y subirle a la música cuando le están diciendo dónde está enterrado el tesoro.


Y mientras.... Tusi sigue más confundida que Erika Buenfil en "Amor en silencio". "Ya después de que agarras Río Becerra, avanzas y das vuelta en Calle tal a la izquierda". Mi respuesta no se hace esperar: "Perfectísimo, listo, ya quedó, te veo ahí en tres minutos". Ajá. Mi cerebro lo único que recuerda es la letra del track 9 del disco de Dave Gahan. Me la sé todita, mientras que mi coche va alzando las cejas, preocupado porque va directito a la perdición.


Tomo, entonces sí, el celular y empiezo a quejarme con la Tusi con otra de las clásicas: "Mujer, la cuchillita que 'te va sacando' no es Río Becerra, se llama.... se llama, aguántame tantito a que llegue a la esquina y te digo el nombre.... Ok, se llama Augusto Rodin". Y ella contragolpea: "Cómo crees, no manches, ¿pues dónde te metiste?". Y voy de nuez: "Así como me explicaste le hice y punto. Estoy viendo un anuncio de lavado de coches a mi lado derecho, ¿te suena?". Ya valió. Estoy más cerca de Túnez que del depa de la convaleciente.


"Aguanta. No traigo el manos libres y hay un policía viéndome feo; te cuelgo tantito". Este intervalo de tiempo sirve únicamente para adentarme aún más en el inframundo, el cual de pronto tiene la leyenda "Barón Rojo". Estoy en Patriotismo. Ya me dan ganas de quedarme ahí y pedir un arrocito con huevo, agüita de tamarindo y un flan napolitano, paquete de 76 pesos.


Reanudo la conversación con la Tusi y me ordena que de inmediato regrese a Río Becerra (para mí, Augusto Rodin). Cinco minutos después y ya sin música por respeto... no a mi amiga, sino a mi tanque de gasolina, veo el mentado edificio blanco de la también americanista. "Pero aquí no te puedes estacionar ¿eh?, búscate un lugarcito en Río Becerra (Augusto Rodin), así que regrésate por donde venías". Tengo ganas de extender su convalecencia y de que use otro collarín para el periodo enero-junio.


Estacionarme, subir cuatro pisos y sobrevivir a un tropezón cuando pasaba por el depa 3C fue lo de menos. La pasta improvisada (una cosa deliciosa) me quitó los sinsabores de una larga hora de tráfico y perdición. ¿La conversación?... interrumpida por el vértigo del horario laboral, pero a la vez, digna de esos manuales que se extravían en el tiempo cotidiano y en el solecito vespertino. ¿Cuánta filosofía hablamos a veces y no escribimos?


Siempre pasa. Parecemos goteras y no hacemos nada para evitar que se siga desperdiciando tanta sabiduría. Ni una cubeta en forma de libro para rescatar ideas y dejar, de una buena vez, testimonio nuestro en el mundo.

Friday, November 16, 2007

¡Gracias Totales!



Gracias por dejarme compartir tu cumpleaños de esta forma.


Espero que lo hayas disfrutado mucho.


A mí me encantó estar contigo...




Buen concierto, mejor compañía...




TE AMO