Monday, April 16, 2007

Puros cuentos


Lo mejor de empezar una historia, es que nunca sabes cómo terminará...


El miércoles pasado no fue mi mejor día... Empezó con estrés de la chamba y corretiza de medio día porque tenía que irme al aeropuerto a las dos de la tarde para ir a ver a mi familia. Hice todos los corajes del mundo, edité lo que faltaba de notas de la semana para dejar todo listo, y por si fuera poco hice un entripado más cuando llegué al aeropuerto para pagar la diferencia en precio de un cambio que hice para mi vuelo de regreso, el punto es que, según me habían dicho, tenía que pagar 350 pesos, cantidad que me pareció muy razonable, pero en el mostrador me querían cobrar eso más mil 400 pesos, o sea, ¡se volvieron locos! Total que no les pagué, y me llevó varios días y varias horas pegada al teléfono, pero logré mi cometido, sólo pagué 350 pesos, jaja...


Cuando llegué al avión, planeaba relajarme y dormir para llegar más tranquila a San Diego. Tenía mil cosas en la cabeza y lo que menos quería era seguir pensando, se me ocurrió que llevo 27 años haciéndolo y casi los mismos de cuestionar todo, así que era buena idea descansar un rato.

Lo intenté, pero no lo logré. Después de dormir sólo 20 minutos, pusieron una película que no tenía planeado ver, pero que me atrapó por la primera frase que se dice en ella: "lo mejor de empezar una historia, es que nunca sabes cómo terminará", palabras más, palabras menos, empecé a verla.

No la voy a recomendar, porque tampoco está para eso, pero como yo seguía con la cabeza a un millón de revoluciones, me quedé con cosas que cuestioné dentro de mi, algunas encontraron respuesta, otras no tanta, no sé si porque es cuestión de enfoques o simplemente no existía...


La historia no es nada que no hayan visto.

Se trata de una escritora e ilustradora de cuentos infantiles, perteneciente a una familia "acomodada" del siglo 19, que decidió desde pequeña clavarse en ese mundo y que por más que los papás le presentan "buenos partidos" ha decidido no matrimoniarse.

A los 30 años, todo el mundo la tacha de solterona y su mamá no concibe la idea de que ella gane su dinero por dedicarse a trabajar en lugar de ser la esposa de un hombre rico con "abolengo".

Total que termina enamorándose perdidamente de su editor y él de ella, así que el hombre le pide que se case con él y ella de la emoción duda un poco, unos cuantos minutos, suficientes para escuchar un buen consejo de una verdadera amiga: "si yo estuviera en tu lugar, perdidamente enamorada de alguien, no pensaría en tí ni en nadie, pensaría sólo en mí y aceptaría".

Ella acepta y los papás, como era obvio, ponen el grito en el cielo, porque cómo era posible que el hombre "comerciante" formara parte de su distinguida familia.

Entre dimes y diretes se la llevan todo el verano a la casa del lago que tenían para veranear, prometiendo que si al regreso el amor subsistía les darían su consentimiento para casarse. Ellos confiados en su amor deciden darle gusto a los padres.

Mientras ella está en el lago, él enferma, ella se entera y corre a verlo, pero cuando llega el hombre ha muerto y ya pasaron los funerales.

Ahí no acaba, pero no hay necesidad de llegar al final.

De todo esto no leo nada nuevo en estos tiempos.


Existen varios puntos en los que me quedé pensando ése día, y que quiero resaltar.


1. Mujeres independientes que se apoderan de su vida y salen adelante por sus capacidades.

2. Que a los 30 la gente se la pase preguntando que para cuándo porque se va el tren.

3. Papás que creen que nadie merece a sus hijos.

4. Mil peros y condiciones de los papás para probar ese amor, cuando los únicos que deben hacerlo son los implicados parejahabientes.

5. Querer dar gusto a los ajenos cuando lo único que debe importar es lo que los involucrados estén en el mismo canal.

Entre otras cosas...

El punto es que los tiempos no importan, la sociedad sigue igual aunque aparezcan otras libertades que más allá de mejorarla, la confunden y empeoran, eso es porque la gente no se enfoca en lo que es importante y en lo que debería, es más fácil vivir en el país del "ni me entero" que enfrentarse al mundo por lo que se quiere realmente.


A mí me quedan claras muchas cosas.

-Primero. No puedes juzgar nada sin conocerlo.

-Segundo. Nadie hará por tí lo que tu no hagas.

-Tercero. Nadie pensará en tí para hacer sus cosas.

-Cuarto. La opinión que cuenta es la propia. la decisión es sólo tuya.

-Quinto. La vida es un cúmulo de instantes, tú decides los que quieres vivir y recordar, porque los demás son inevitables y llegan sin avisar.



5 comments:

Chili Willy said...

La historia nunca tiene un destino trazado, en verdad que las decisiones de cada quien son las importantes.
Al final del camino habrá tiempo de reproches, alegrías y demás, el momento es el que cuenta.
Cierto, nadie mejor que tú para tomar tus decisiones, esa es la clave de la vida.

Anonymous said...

hya que saber escoger los isntantes y no dejarlos ir porque eso si puede ser lamentable.

estas muy guapa.

Anonymous said...

Disculpa si soy respetuoso, pero no te conozco... y es que conocer a alguien resulta lo más interesante de una relación, y mientras más respeto pierdes más confianza ganas, hasta que llegas al punto perfecto en que puedes ser tú, malhumorado y feliz, bromista y serio, berrinchudo y complaciente, egoista y desinteresado.

Uno de mis escritores favoritos, Charles Bukowski, dijo que puedes llegar a amar a las personas siempre y cuando no las conozcas bien; no estoy de acuerdo.

Conocer lo suficiente a alguien te obliga a hacer insoportable el tiempo lejos del conocido, quizá si los enamorados de la película lo hubieran hecho, no habrían soportado un segundo separados...

El sendero se traza solo, hay que seguirlo. El prejuicio mata a la experiencia.

María said...

Es un hecho que lo que tu no hagas por tí, nadie lo va a hacer; será muy cursi recordar que cada quien es y debe de ser el arquitecto de su propio destino; por lo tanto las decisiones deben de ser personales pero...ojo...las oportunidades rara vez se presentan dos veces, hay que aprovecharlas cuando las tenemos enfrente.
María

Anonymous said...

Ya que mi padre es mi ídolo, siempre repetiré lo que alguna vez me comentó: "En la vida, como en un partido de fut, el segundo bote jamás llega".

Ciertamente hay que saber elegir, pero ante todo, hay que saber admitir y disfrutar al máximo lo que uno tiene.

Hay que experimentar lo más que se pueda, mientras no te traiciones a ti misma porque TODO lo que hagas debe ser pensando en ti.

Si eres feliz, no le busques explicaciones, eso sería perder mucho tiempo y muy valioso.

Saludos in phidélicos.